30 abril, 2009

Época de cambios

Estos últimos días he estado inmersa en una época de grandes cambios. Me he cortado el pelo, me lo he cambiado de color, me he puesto a dieta (más o menos), y he realizado, al fin, el más grande de todos los cambios.
Buda ya nos lo dijo, en menos de un año comenzará la independencia. Y llevaba razón el jodío, como siempre. El viernes 24 firmamos al fin la tan ansiada hipoteca. Y ya puedo decir que soy propietaria (o casada por el banco, que viene a ser lo mismo). Ya hemos hecho la fiestecita de la casa, y ahora estamos tratando de hacerla habitable. Por ahora son sólo cuatro paredes y un techo, pero son mis cuatro paredes y techo.
Poca gente sabe lo que realmente significa este cambio en mi vida. Desde que tengo uso de razón me he querido ir de casa. Pero siempre he tenido dos dedos de frente como para no hacerlo a tontas y a locas. Primero por estudios, luego por los precios, al final, nunca me iba. Pero eso ya ha cambiado, y al fin, he pasado mi primera noche en mi casita.
Y respecto a Buda, es impresionante lo que pueden hacer las coincidencias. En Japón hay mucha costumbre cuando visitas un templo de coger lo que llaman Fortunas, unos papelitos que eliges en los que te dicen cosas de tu futuro. Hay un sistema de elección directa y otro en el que sacas de un bote cerrado un palito con un numerito que se corresponde con un papel. Mediante ese sistema nos salió a "esa" personita y a mí, en un bote con 50 números diferentes, el mismo. Ya es casualidad, el 24 a los dos. Y ese papelito lo que decía es que en un año nos íbamos a vivir juntos. Todas las fortunas que cogimos durante un mes, que no son pocas, decían lo mismo. Independencia. Y al final, ya está aquí.
Ahora hay que meter el gas, desmontar los pocos muebles que hay, meter los otros muebles... en resumen, hacerlo nuestra casa. Y es un montón de trabajo, pero que se hace con gusto :P.