22 marzo, 2011

Semana no lectiva

Esta es la llamada "semana no lectiva" en mi facultad, es decir, una semana sin clases que deberíamos aprovechar para hacer tutorías con los profesores. Pero que en realidad aprovechamos para hacer trabajos en casa porque estamos hasta arriba. O a descansar el poco tiempo que nos queda.

A pesar de estarme tomando este trimestre de otra forma, sigo agobiadilla. Y aunque veo la luz del sol, echo de menos un cierto descanso. Esa sensación de estar realmente en paro, levantarte sin nada que hacer. Así que esta semana estoy aprovechando las mañanas precisamente para eso. Levantarme sin prisas, desayunar tranquilamente un contundente menú (para el tamaño de mi estómago), y después, sin prisas pero sin pausas, ordenar un poco ese nido que yo llamo mi hogar. Después de comer, las cosas de clase. Así, poco a poco, mi casa empieza a coger el aspecto de una casa normal y no el de un vertedero...

Tengo tan poco que contar, tantas ganas de escribir y tan pocos temas sobre lo que hacerlo... me tengo que obligar a abrir este blog, a comenzar a teclear, a perder la vaguería que me impulsa a la inactividad. Quiero hablar de cine, de literatura, de comics o de la Niña Medeiros... pero la verdad es que, por una cosa o por otra, no puedo.

Así que mis disculpas por hacer perder el tiempo. Esta entrada no sirve para nada, no cuenta nada, no opina sobre nada... Simplemente, lo necesito.

16 marzo, 2011

>_<'

Parece que con el desinfle de la rabia contra la prensa, se me va la inspiración. Esta es la tercera entrada del blog que comienzo y ni siquiera sé si la voy a terminar. Estoy exhausta, han sido días complicados ("complejos", abusando como dice Urrutia del término). Pero mañana al fin es "viernes" para mí. Sólo dos clases, con Collar y voilá.

Sólo decir que adoro el Skype.

14 marzo, 2011

Información y desinformación

Parece que no se habla de otra cosa, pero es mentira. Realmente, no se habla sobre el tema, y eso es lo que acojona. Me explico.

Viernes, 11 de la mañana. No tengo clase ni ganas de madrugar, tengo todo el día para hacer lo que tengo que hacer de clase. Enciendo el portátil, como siempre, y luego la tele. Normal, casos de crímenes en la Sexta que pongo de fondo. Veo en Facebook que ha habido un terremoto en Japón. "Otro más" pienso, y no le doy la más mínima importancia. Pero veo cosas en FB que me ponen sobre alerta, parece que ha sido algo un poco más gordo. Hago zapping en la tele, y nada, misma programación de siempre. "Pues no ha sido gordo", pienso, y sigo a lo mío.

Café y tostadas, un vasito de zumo, y nuevo zapping. Nada. Más crímenes, ahora en Australia, me gusta este nuevo programa. Ana Rosa habla del divorcio del periodista de T5 mientras hago zapping porque no soporto ver a la nietísima anunciar cremas hechas a base de baba de abeja, o algo así. Ninguna cadena cambia la programación, y como mi legítimo no aparece por Gmail, paso de hacer caso al portátil mientras desayuno tranquilamente.

Al final la tostada veo en Facebook que se habla de 8'9 en la escala Richter. ¿¡Cómo!?  Y un tsunami de olas de 10 metros... A ver, no puede ser. Nuevo zapping. Nada. Momento pánico. Se pasa, todo está bien en Tokyo. Vale, todo está bien. Ahora a ver qué cojones está pasando. La tele sigue sin decir nada. ¿Qué cojones hago? Google. "Terremoto Japón". Twitter. Facebook. Por fin me entero. La ostia puta. Nuevo zapping. Nada en la tele. No puedo creerlo.

Empiezo a quedarme pegada al portátil. Empiezo a buscar cosas en internet, a seguir la página de NHK y otras. Y sigo haciendo zapping, infructuosamente. Y así se resume mi fin de semana. Enganchada a internet porque la televisión ni se molesta. ¿Para qué?

Recuerdo un 11 de septiembre de 2001. 10 años casi. Yo pasaba mucho tiempo en un hospital por aquel entonces. Y caminando por los pasillos, vi la televisión de las habitaciones abiertas. Y vi un avión chocar contra el WTC. Quedé con unos amigos, en su casa, porque no podía creer lo que estaba pasando. Íbamos saltando de cadena en cadena, viendo lo que más nos interesaba en cada momento, porque TODAS estaban centradas en NY. La programación se paró, todo el mundo informaba.

Recuerdo un 11 de marzo de hace 7 años. Justo 7 años. Recuerdo despertarme, y ver a mi madre pálida en la cocina. Y decirme, "menos mal que has hecho huelga, hija" señalando la tele. Recuerdo ver imágenes durante todo el día, antes y después de ir a Callao a donar sangre. Recuerdo no poderme despegar de la tele, cambiando entre las diversas cadenas porque TODAS habían cortado la programación normal para hablar de los atentados.

¿Qué ha pasado? ¿Qué ha cambiado? ¿Por qué el mayor terremoto de la historia de Japón no es importante? ¿Por qué el tsunami no merece atención? ¿En qué clase de sociedad hemos mutado?

Siempre he dicho que cada cual tiene la televisión que se merece. Los programas sólo sobreviven en antena si cuentan con el apoyo de la audiencia, si a las cadenas les merece la pena mantenerlos. Eso quiere decir que desde el viernes, merece más la pena que sepamos todos los detalles de la escabrosa separación del periodista del corazón y, sobre todo, si su futuro ex-marido se folla a mujeres porque realmente no es gay o es sólo por dinero. No importa que haya explosiones, riesgos de fusiones, o miles de muertos, desaparecidos y desplazados. No importa que tres días después siga habiendo réplicas de hasta magnitud 6, o que se espere un terremoto nuevo de una magnitud de 7 antes del miércoles (70% de probabilidades, dicen los japos). No importa que toda una población esté teniendo un comportamiento ejemplar, que las fuerzas de seguridad hayan conseguido rescatar a más de 3.000 personas de las garras de la muerte. No importa que se estén partiendo el alma para conseguir meter agua de mar en un reactor y que no haya una catástofre nuclear. Nada importa. Sólo nos interesa la casquería de los famosos, que por fin hay beso de la puta, digo cantante de vocoder con el futbolista putero, o si la baba de caracol realmente hace que la Lomana se coma una hamburguesa.

Y no tiene sentido. Soy defensora de la televisión como diversión, y estoy enganchada a telebasura como la que más. No me pierdo Princesas de Barrio ni aunque me maten, y seguí con terrible interés las andanzas de Arturo pito duro y la pija de Sevilla. Necesito una televisión que, después de un día duro, simplemente entretenga sin más, y me proporcione mierda que olvidar antes de meterme en la cama. Pero hay días y días. Y un terremoto de 9 creo que es suficientemente importante como para cubrirlo un poco.

Y encima, lo que es peor, cuando en las noticias se molestan en mirar al este, lo que te encuentras es más casquería. Anoche, viendo el informativo de Cuatro, casi vomito bilis del cabreo que pillé. Tienen los cojones de dejar caer, veladamente porque ni siquiera tienen los huevos de decirlo en voz alta, que la situación en Fukushima es culpa del gobierno nipón. Por lo visto, un terremoto de 9 y un tsunami de olas de 10 metros no es lo que realmente ha causado el problema en la central. El problema es que el gobierno no ha reaccionado a tiempo. ¿Cómo cojones quieren que actúen más rápidamente? ¡¡¡Las putas olas han arrasado 10 km tierra adentro!!! ¿En qué momento van a poder actuar más rápido? ¡¡¡Es que eres gilipollas, periodista de mierda!!!

La verdad es que nunca me han caído bien los periolistos. Y menos los que tenemos que sufrir últimamente. Por un lado, becarios que deben cobrar una mierda y que trabajan acorde al sueldo, que no saben vocalizar ni redactar. Y por otro, chicas monas que, como en el caso de la del beso en el Mundial, no tienen ni la carrera, y que están donde están por una cara bonita, unas buenas tetas, o unas rodillas especialmente resistentes. A éstas, curiosamente, tampoco parece dárseles bien la gramática ni la ortografía, pero la lengua la deben dominar que da gusto. Es lamentable la manera de hablar de los periodistas de televisión, y creedme, lo he vivido, verles escribir es aún más escalofriante. Tenerle que corregir a un periodista muy muy conocido y respetado las faltas de ortografía te hacen perder la fe en ese gremio. Ver cosas como la grabación de la "confesión" de la mujer del asesino de la niña de Mari Luz, es repugnante.

Pero es que, además, ahora ya ni informan de las noticias que importan. Porque por lo visto, que el eje del planeta entero se mueva, es lo de menos. No vamos a cortar la programación. ¿Que Japón entero se ha desplazado? ¿Cuál es el problema?

No quiero pensar que el tema sea una cuestión de quién importa más, y por eso en unos casos sí haya cobertura mediática y en otros no. Que América interese más que Japón. Pero esa teoría me daría un poco de esperanza en este país. Lamentablemente, creo que simplemente, somos patéticos. Sin más. Y tenemos la tele que nos merecemos. ¡Arriba la Esteban!

09 marzo, 2011

El día internacional de la mujer

Ayer me pasó algo muy curioso. Tuve que ir a un museo (de cuyo nombre no quiero acordarme), y al ir a mostrar mi identificación como parada para entrar por la cara, me dijeron que no hacía falta porque toda esta semana las mujeres entraban gratis, por ser nuestro día.

Y lo primero que vino a mi cabeza es... tengo que preguntar cuándo es la semana en que los hombres entran gratis. Porque esto es un estado de paridad, ¿no?

Ah, no, no es de paridad. Es un mundo donde las mujeres tenemos un día especial, pero los hombres no, porque se dice que el día de los hombres es el resto del año. Pues hasta donde yo llego, los hombres no entran gratis el resto del año en los museos...

Me jode, me jode este tipo de políticas. Porque sólo fomentan la desigualdad. Y me jode que mis amigos tengan que pagar por algo que a mí me sale gratis sólo porque mis órganos reproductores son diferentes. Me jode que se remarque tanto mi diferencia biológica. Porque si somos iguales, somos iguales, no diferentes para mejor.

Muchas veces me he quejado de la discriminación postiva, que no deja de ser discriminación, sólo que beneficiando a "otros". Sin más. Remarca las diferencias, y lo que hay que hacer es eliminar la diferencia de trato en base de esas diferencias. Porque existir, existen. Y decir que tanto una mujer como un hombre pueden realizar las mismas acciones es una estupidez enorme (al caso de las princesas bomberas me remito). Debemos empezar a asumir nuestras limitaciones, y a ser realistas. A mí nunca me darían un bisturí para hurgar en el cerebro de nadie, porque no tengo capacidades para ello. Pues lo mismo ocurre con las capacidades físicas.

Además, es curioso un asunto que a mí, personalmente, me pone los pelos de punta. Las mujeres siempre pedimos la "igualdad" (entre comillas, porque pedir pruebas físicas distintas para el mismo puesto me parece un chiste de mal gusto) en trabajos muy bien reconocidos económica y socialmente. No veo a la gente peleándose por bajar a la mina, por subirse a un andamio o por embarcarse durante meses en un pesquero y largarte a las costas de África a tratar con el mar y los piratas. ¿Cómo podemos tener tan poca vergüenza y hablar de igualdad? O de paridad, que ya me gustaría saber qué pasaría si ahora mismo se dijera que la mitad de las cajeras de las grandes superficies y supermercados deben ser despedidas para contratar hombres... Eso sí sería paridad ¿no? Ah... que eso ya no nos gusta tanto. Paridad en Menestros y Menestras, en bomberos y bomberas (que cobran una pasta gansa) y en las juntas directivas de las empresas. Pero a la mina baja tu puta madre, chata.

Pues eso. Estoy totalmente en contra de tener un día (al menos le han quitado lo de "trabajadora", que eso sí que era recochineo). Porque no quiero que mis diferencias fisiológicas y biológicas marquen ningún trato diferencial. No quiero entrar gratis en un museo sólo por tener útero, un mero accidente. No quiero que me miren diferente dependiendo de si me cuelgan o no me cuelgan dos kintamas. Quiero igualdad, con todo lo que eso significa. No quiero un trato preferencial que sólo hace más profunda la zanja que nos separa. Quiero feminismo, y no feminazis.

Y estamos equivocando el camino.

07 marzo, 2011

REC y REC2 o Cómo reconciliarme con el cine español (un poco)

Hace tiempo, cuando cometí el error de arrastrar a mis amigos a ver Alatriste, me juré a mí misma que jamás de los jamases volvería a dar un mísero euro a la lamentable industria cinematográfica de este país. Y no lo he hecho. Y me da igual las mierdas que digan actores, directores o productores, así como Menestras varias, el cine español apesta.

Con contadas excepciones. Y aunque repito, no he vuelto a pagar por cine español ni lo haré, hace unas semanas disfruté con dos películas patrias, REC y REC2. Curioso que seamos capaces de hacer algo que no tenga que ver con la Guerra Civil y en la que no salgan tetas sin sentido... muy curioso, y refrescante. Tú ves la peli, y oye, que no la identificas como española... estás esperando el integral de la actriz principal, y que hablen del frente de Burgos a cada segundo. Y cuando acaba te das cuenta que no, oye, que es algo nuevo, fresco, sin complejos, sin la mierda que arrastra la industria de este país por culpa de que siempre son los mismos cuatro mamarrachos los que se llevan la pasta para hacer las cintas...

Lo mejor de la primera parte, la sobrina de Concha Velasco. Hace de petarda como ella sola. REC2 a mí me gustó bastante, aunque hay que reconocer que pierde mucho sin ese rollito Callejeros, y que el hecho de que te cuenten de qué va la vaina... pues a mí me le quita un poco la gracia. Me gustaba ese ambiente que generaba la primera, de explicar a medias y dejar que el espectador termine en su mente lo que ha pasado.

Y bueno, la niña Medeiros, simplemente se sale. No voy a poner imágenes ni contar quién es ni qué pinta en la peli, por si no lo habéis visto, pero ojo, de lo mejorcito que hemos visto en este país en cuestiones de maquillaje y cuatro FX de mierda con unos resultados cojonudos.

Volvemos a lo de siempre, ¿es una peli que te cambiará la vida? Pues no. Pero es una peli de entretenimiento cojonuda, que demuestra que en este país sí que hay calidad en los realizadores, sí que hay buenas ideas y buenas formas de llevarlas a cabo, y que el problema es que los cuatro gerifaltes no sueltan la pasta donde la tienen que soltar.

Merece ver las dos partes, y merece ver el trailer de la segunda, fantástico y cachondísimo. A ver si salen más productos así y nos dejamos de mierdas, de chanchullos y de complejos, y empezamos a hacer el cine de calidad que en contadas ocasiones hemos podido demostrar que sabemos hacer.

04 marzo, 2011

De brujas, demonios y otros seres

Parece que cada jueves, Collar tiene para mí una nueva sorpresa, un cambio de rumbo. Si la semana pasada consiguió devolverme el interés por una carrera que yo tenía como muerta desde hacía meses, esta semana se ha superado, haciéndome desear estar ya en septiembre :).

Me explico. Hace dos años yo empecé con él un trabajo académicamente dirigido sobre sillerías de coro en Castilla en el S. XVI. Un tema que, de entrada, me parecía bastante anodino, pero que se me presentó fascinante en cuanto empecé a conocerlo. La iconografía de las sillerías, la libertad del escultor en misericordias y apoyamanos, la calidez de la madera... me hicieron volver la mirada hacia una parcela del arte que rara vez miramos como artística. Que rara vez consigue atraer nuestra atención. Y pude, además, disfrutar de la increíble experiencia que supone tener la catedral de León para mí sola (y mi legítimo), prácticamente apagada, sin turistas, y escuchar tus pasos resonar en las enormes bóvedas, mientras sales tras pasar unas de las horas más intensas de tu vida. Os juro que tiene algo de mágico, algo de místico... no sé cómo desribirlo, porque una es atea hasta la médula. Pero si fuera creyente, os aseguro que ahí, en ese instante, a solas con la piedra y la madera, escuchando tan sólo tu propio interior y el crujir del edificio vivo... se siente la presencia de algo.

Pues bien, tras fotografiar tres coros de los muchos que tenía que tratar en mi estudio, me di cuenta que si quería sacar el curso adelante, no iba a poder seguir con el trabajo, así que no me quedó más remedio que abandonarlo, con todo el dolor de mi corazón. Un año en blanco después por la operación, me encontraba con la necesidad casi física y sobre todo, económica, de terminar la carrera aprovechando el año de paro que se me presentaba delante. Y claro, la idea del trabajo no tenía sentido.

Pero tras un primer semestre demasiado intenso, y un segundo con las peores asignaturas de toda la carrera y, sobre todo, los peores profesores que uno se pueda echar a la cara, decidí que qué coño, quería que esto tuviera sentido. Para eso, ver entrada anterior, que ya lo expliqué.

Pues bien, cuando vuelvo a estar ilusionada con mis coros, me viene ayer mi Collar del alma y me suelta que tiene una proposición muy indecente que hacerme. Tras la clase, le pregunto, y me dice que viendo una web sobre el tema, pensó que a mí me gustaría mucho, y que desde entonces, lleva dándole vueltas (para que veáis lo solete que es, que hasta en su casa se preocupa por sus alumnos *_*). Que tendría que abandonar los coros, pero a cambio, hacer el trabajo sobre la representación de la brujería y el satanismo en la pintura europea desde El Bosco hasta Goya, sin incluirlos, claro (ellos dos solos ya dan para dos trabajos...). Y yo... yo... qué puedo decir. Pues que este hombre me tiene ganada, básicamente.

Así que adiós a mis coros, y bienvenidos, brujitas y demonios :). Ahora, la verdad es que el resto de asignaturas de este año me dan pereza, pero con la idea de aprobarlo todo para estar libre el año que viene para dedicarlo en cuerpo y alma a mis brujas... todo se lleva mejor :).

A ver qué me prepara este hombre para el jueves que viene, que vivo sin vivir en mí, y muero porque no muero (sí, Santa Teresa me tiene ganada... qué poesía la de esta mujer... qué intensidad, qué maravilla... algún día hablaré de ella y de Bukowski, que los estoy leyendo en paralelo, jejejeje).