16 enero, 2010

Cuando éramos honrados mercenarios

Ese es el título del último libro de Pérez-Reverte, una nueva recopilación (la cuarta) de los artículos que publica cada domingo en el XLSemanal. Y como siempre, me ha dejado sin palabras.

O con demasiadas palabras, realmente. Hay artículos aburridos (no todos podemos estar inspirados todos los días), fascinantes, tiernos, duros... pero todos tienen algo en común, esa forma de ver la vida y de contarla, directa como un disparo, que es imposible que te deje indeferente.

Pocos escritores han levantado tantas pasiones como éste. Quizá Cela y su capacidad para absover agua por vía anal, o Paco Umbral y sus malos modos en televisión. Y tengo que decir que, a pesar de odiarse entre ellos, tanto Umbral como Pérez-Reverte me gustan muchísimo.

Pero es lo que tiene decir las cositas claras en este país de lo políticamente correcto. Que a la mayoría, les irrita las almorranas. A otros, nos pueden parecer más o menos acertados algunos comentarios (a mí la mayoría me parecen acertadísimos), pero nos gusta cómo lo dice, sobre todo. Además, me encanta ese amor terrible que tiene a los libros, a la Historia, al conocimiento... a nuestro pasado, a lo que nos hace tal y como somos hoy en día. Siempre he pensado que para entender algo, hay que saber de dónde viene. Es un pensamiento que me ha acompañado desde pequeña, y creo que por eso me gusta tanto la Historia.

A lo que iba. He terminado ya el libro, y el último artículo me ha dejado... fatal. Es el poder de Pérez-Reverte, el saber revolver tan bien esa parte del estómago que es la que toma las decisiones, el no dejarte indiferente, cuente lo que cuente, el arrancarte una sonrisa estés donde estés, o una lágrima. Aún recuerdo ese momentazo, mientras terminaba Corsarios de Levante en un autobús lleno de gente, lloviendo a mares en Madrid, en un atascazo del quince, y yo, con la lágrima colgando sin el menor asomo de vergüenza...

Pues con éste me ha pasado lo mismo, pero de un modo mucho más privado, claro. Es lo que tiene estar de baja y no mover un dedo en tres meses... Dios, cómo echo de menos la X-box en momentos como este... Ah, por cierto, ya tenemos la batería del Rock Band en casa, y tres nuevos videojuegos sin abrir por culpa del Red ring of Death ¬¬

En fin, estoy que me disgrego, es lo que tiene que no paren de hablarme :P. Pues eso, que sigo adorando a Pérez-Reverte y deseando que edite de una vez ese libro que tanto promete.

10 enero, 2010

De vuelta

Pues nada, aquí estamos de nuevo, después de bastante tiempo. Pero la verdad es que ya tocaba.

Como he dicho varias veces, las Navidades y yo no nos llevamos bien. Ahora parece que eso está de moda, pero yo llevo odiándola desde que decir algo así provocaba que todo el mundo te mirara como si acabaras de confesar que habías matado un bebé o un perrito...

Tengo que reconocer que este año no ha sido especialmente mala. Tampoco especialmente buena... En fin, digamos que es posible que pronto pueda hasta decir que, para mí, la Navidad es una época del año como otra cualquiera...

A parte de eso, sigo con mi recuperación tras la operación. Eso también ha influído muchísimo en mi silencio. Han sido tres meses desde la operación muy complicados y difíciles. He pasado por momentos en que lo llevaba bien a pesar de que era duro y por otros en que no podía parar de llorar. Ha sido complicado, pero afortunadamente ya veo la luz al final del túnel. Ya puedo comer casi de todo, aunque en porciones ridículas y he perdido 16 kilos en tres meses, que no está nada mal. Vuelvo a mirarme en el espejo y ver una persona y no un coquete, así que eso me anima bastante. Además, ver que adelgazas a pesar de comer lo que quieres es una gozada, y te hace estar más predispuesta a seguir luchando.

Así que en breve me toca volver a currar, recuperar mi vida normal, las clases, los autobuses, mis lecturas...

Y hablando de mis lecturas. Este año, la lectura anual del Señor de los Anillos se ha retrasado un poco. Y es que Pérez-Reverte ha "decidido" publicar justo ahora, en Navidades, uno de sus libros recopilatorios de artículos, Cuando éramos honrados mercenarios. Y claro, no he podido evitar hincarle el diente en cuanto ha caído en mis manos.

Joder, no sé qué tiene este hombre, pero me revuelve algo muy dentro cada vez que le leo. Es capaz de, en tan sólo página y media, hacerme sonreír, llorar, desesperarme, odiar, amar, despreciar... Es increíble cómo provoca todo eso con ese estilo seco suyo, que parece un tiro. Y que es un tiro, directo a las tripas y a la conciencia de quién le lee... Tengo que comentar en más profundidad un par de artículos que me han tocado la fibra, pero lo dejo para más adelante, ahora no es el momento.

Este es uno de esos post en los que hablo de todo y de nada, en los que realmente no estoy inspirada, pero necesito escribir. Y ya era hora, porque echaba mucho de menos a mis musas, a esas que me obligan a coger el teclado sea como sea (como ahora, que estoy en medio de una partidita de rol :P), y escribir sobre lo que sea. Pero escribir :).

Y bueno, no tengo mucho más que decir. Que como siempre, prometo escribir más y mejor, y como siempre, inclumpliré mis propias promesas. Pero lo importante es proponérselo ¿no? Pues eso.

He vuelto, y estoy aquí para quedarme. Preparaos.