17 julio, 2011

De ADV, TQD y otras de esas páginas (o tal vez no)

Hoy he visto en TDQ un post de una chica que decía que se iba a someter a un duro proceso quirúrgico para poder perder peso y luego zorrear y vengarse de todos los que la despreciaban por ser gorda. Y me ha puesto los pelos de punta.

Se supone que antes de pasar por una operación así, te hacen una consulta psicológica para estar seguros de que no te operas sufriendo algún desequilibrio. Y digo "se supone" porque la consulta efectivamente se realiza, pero es de cachondeo. Te pones delante de un médico que te dice que la operación no es la panacea universal, que vas a tener que seguir haciendo dieta y que te pregunta si vomitas después de comer. Claro, como que si una fuera anoréxica y quisiera una reducción de estómago lo iba a confesar así, alegremente... Es por esto que luego aparecen casos como el de la chica que comentaba.

Y es lamentable. Lamentable, porque nadie realmente te informa de lo duro que va a ser (y lo es un rato), de lo muchísimo que va a cambiarte la vida, de cómo vas a tener que cambiar todos tus hábitos, quieras o no, de cómo durante dos años vas a llevar una vida normal a duras penas... Nadie te cuenta la realidad. Te hablan, eso sí, de anestesias, cortes, limpieza de puntos y procedimientos quirúrgicos. Pero nadie habla del después, de cuando los puntos se han ido. Y, por supuesto, no pasas por más consultas de psiquiatría después, y creedme si os digo que es cuando más se necesitan.

Esa chica me da pena, mucha pena. No sabe lo que se le viene encima, no tiene ni idea. Y lo hace por los motivos equivocados. Cuando no pueda más de dolor y el único recurso que le quede sea llorar hasta quedarse dormida, cuando tenga que ponerse la heparina durante días y note cómo arde por dentro, cuando vomite cada día hasta perder las fuerzas... entonces, el único consuelo que queda es saber que lo haces porque después estarás mejor, te sentirás mejor, estarás más sana. Dudo mucho que en esos momentos piense en lo buena que va a estar y en cómo se las hará pagar a todos aquellos que la despreciaron... Dudo que ese odio la sostenga cuando no pueda más y lleve dos meses sin comer nada sólido.

Y me parece lamentable que se pueda operar, así, sin más. Sin apoyo, sin nadie que le haga vez que eso de zorrear es lo que menos importa, que no hay mayor recompensa que subir unas escaleras sin creer morir al llegar arriba o poder echarte una carrera para coger el autobús sin tener que estar el resto del trayecto recuperando el aliento...

Sí, la estética importa, por supuesto. Poder entrar en una tienda y encontrar ropa que te valga, dejar de tener miedo a las fotografías o a bailar en público, claro que importa. Pero no puedes basar en eso un cambio tan radical, tan absoluto y drástico de tu vida.

No, yo no soy la misma que hace casi dos años, y no sólo por los 40 kilos menos que peso. Ahora hay muchas cosas que no puedo hacer, pero que se compensan con el resto que sí y que antes no hubiera sido capaz. ¿Ponerme un vestido y tacones? ¡Claro! Pero es sólo una más, y ni siquiera de las más importantes.

En fin, a lo que iba, que esa chica me da muchísima pena. Y a todo esto, os recomiendo las páginas enlazadas, son divertidísimas :P. Me he ido por las ramas, lo siento. Es lo que tiene escribir a vuelapluma y desde el hígado. Que se habla directamente, sin pasar por el tamiz de la racionalidad.