27 enero, 2009
Me repito como el ajo, pero...
26 enero, 2009
7 años
19 enero, 2009
Y llegaron de los cuatro puntos cardinales...
11 enero, 2009
Tokyo Blues
Lo primero que me sorprende es el título. Un libro que en todo el mundo se ha vendido como Norwegian Wood, aquí se tiene que llamar Tokyo Blues. ¿Por qué? Porque si no, toda esa panda de gilipollas locos por lo japonés sin ser capaces de entender absolutamente nada, no lo comprarían. Si pone Tokyo en la portada lo compran, sea lo que sea. Y así nos va, teniendo como superventas un libro que es, en el mejor de los casos, mediocre.
Y por qué digo esto... Bueno, es simple. Es un libro pretencioso. No sé si será una de las primeras obras del autor, pero se nota que trata de hacer algo y no llega. El retrato de la sociedad no estaría mal, si no fuera porque de propio exagerado pierde el interés. Las relaciones sexuales son absurdas y descritas de un modo bastante repugnante. No es algo directo como nos lo pretenden vender, es algo tratado con auténtico mal gusto, tratando de llegar a algo, como digo, y quedándose a mitad de camino. Y no soy una persona precisamente puritana en este aspecto. Pero sencillamente se puede saber escribir o no saber, y en este caso...
Luego, las relaciones personales también son esperpénticas, rallanas en lo surrealista. No niego que cosas así pasen, o personas como las descritas, pero francamente, leyendo el libro uno se pasa el rato pensando en Holden Caulfield, pero en versión nipona. En serio, es todo el rato igual, misma línea de pensamiento, mismo comportamiento... Nada novedoso, sólo una traslación en el tiempo y en el espacio de la idea de otro tío...
En resumen, no es un mal libro, de esos que recomiendas no leer a nadie. Tiene a su favor que es corto y se lee rápido. Y que mantiene la intriga por saber ciertas historias del pasado. Lamentablemente esto sólo nos engancha a los que tenemos una vena cotilla. Es decir, no es un libro que yo recomendaría para leer, no me ha gustado, y opino sinceramente que si ha tenido tanto éxito ha sido entre los otakus de mierda o los gafapasta estúpidos que mientras algo huela a intelectual, lo adoran aún sin entenderlo.
Para resarcirme, he comenzado mi lectura anual del Señor de los Anillos, muhahahaha. Los hobbits ya se han reunido con Merry y la conspiración ha sido desenmascarada :). En breve partirán los cuatro hacia Rivendel :)
09 enero, 2009
La nieve

Se finí ( o C'est fini, como diría mi amigo leonino :P)
Bueno, pues hasta aquí han llegado. Las Navidades se han terminado, y un año más, he sobrevivido. Aunque tengo que reconocer que este año a duras penas…
Comienza un año nuevo, un año de cambios, en el que tengo que ponerme las pilas. Tengo que volver a ser yo, volver a ilusionarme con algo, con la carrera, por ejemplo. Tratar de sacar adelante al menos una de las dos y poder licenciarme en algo de una vez (que ya estaría bien a los 30…). Y, sobre todo, empezar a vivir mi vida, que empiece a ser realmente mía, sin tener que dar explicaciones, sin las ataduras que he sufrido hasta ahora. Ser feliz, o al menos dejar de lado esta amargura que me atenaza de un tiempo a esta parte, poder volver a respirar.
La Navidad ha sido terrible, pero, como siempre, los Reyes han compensado de sobra. Este año me han traído el mejor reloj del mundo :-), una pulsera chulísima, un colgante con una amatista negra y un portarretratos de lo más hortera. Del otro lado del mundo ha llegado un jersey chulísimo de Uniqlo y varias cosillas de comer, incluyendo cuatro refrescos gelatinosos Qoo!!!!! Y dinero, que siempre viene bien.
Ahora queda sufrir la resaca de las fiestas, como digo. Recuperarse y volver a vivir, poder volver a vivir y o pegarse un tiro que a veces es de lo que tengo ganas… O de coger la pipa y pegárselo a unos cuantos, mejor dicho. Toca pelear con exámenes, hipotecas, funcionarios… en definitiva, con la vida de nuevo.
Tengo la sensación desde que volví del viaje de estar anestesiada. Todavía estoy con jet lag, no he aterrizado, no he vuelto a la rutina, y ya va siendo hora, la verdad. Tengo que ponerme las pilas aunque las asignaturas de la carrera no me gusten, tengo que seguir currando aunque cada día soporte menos a los funcionarios, a mi compañera y a mí jefe. Y tengo que seguir, sobretodo, luchando por conseguir el mayor sueño de todos, poder vivir de forma independiente (más o menos :P), tomando mis propias decisiones y responsabilidades. Mandando a la mierda por fin a todos esos vampiros anímicos a los que toleras porque si no, a ver qué haces un sábado por la noche, diciendo un par de verdades que llevo dentro desde hace tiempo. Disfrutando, al fin, a mí modo.
Escribo este borrador en clase, no es un buen comienzo a eso de ponerse las pilas, lo reconozco… Pero al menos estoy en clase ¿no? Pues eso…