11 agosto, 2011

El príncipe azul

Quería que mi próxima entrada hablara sobre la visita que hice hace unos días a las ruinas del monasterio de Santa María la Real, pero es que llevo de un tiempo a esta parte escuchando algo que me saca de quicio. Me explico.

He escuchado, leído, visto en varios lugares y medios decir a varias mujeres una frase estupenda, modernísima y fantástica, "los príncipes azules no existen". Y al principio, te hace gracia. Después de varias, te das cuenta que se está convirtiendo en una idea común. Los príncipes azules no existen... ¡ni las princesas, no te jode!

Pero ante todo, he de poner mi mas exacerbado grito en el cielo, mi queja más enérgica. Que unas cuantas petardas no hayan encontrado a un príncipe no quiere decir que no existan. Sólo que son unas petardas. Yo puedo decir muy alto que los príncipes azules existen, porque yo tengo el mío.

Puede que no sea un príncipe al uso que me traiga el desayuno a la cama, pero todos los fines de semana (bueno, casi), me hace unos superdesayunos increíbles. Puede que no me compre cada capricho que se me antoja, pero nos hemos podido comprar una casa gracias a su "modo ameba ahorrativa". Puede que no me diga piropos cada día, pero me demuestra de mil maneras diferentes que soy la única. ¡Y una mierda que los príncipes azules no existen! El mío es azul, azul real intenso, imborrable, imperecedero... y único, ese es el problema.

Que yo soy una princesa afortunada, que ha encontrado al príncipe que le da la dosis justa de cal y arena para hacerle feliz. Supongo que ese es el problema. La mayoría de las mujeres están tan centradas en lo modernas que tienen que ser, que ni ellas mismas saben lo que quieren. Pues que se jodan. Pero los príncipes son como las meigas, existir, existen.

He dicho >_<

7 comentarios:

Lhiannan dijo...

Pocas veces he estado tan en desacuerdo contigo. O puede que yo sea una de esas "petardas supermodernas". También puede ser que no estemos manejando los mismos conceptos.

Yo pienso firmemente que los príncipes azules no existen. Mi madre (gracias madre) me lo enseñó. Me enseñó que no tengo que poner mi felicidad en manos de ninguna otra persona, que no puedo ni debo depender de que un hombre me dé lo que yo debo conseguir por mí misma. A eso es a lo que se llamaba "príncipe azul", al que viene en su caballo blanco al rescate. Yo no necesito ser rescatada.

Eso no tiene nada que ver con encontrar a un compañero, a alguien con quien compartir la vida, alguien con quien compartir la felicidad y los disgustos. Me alegro de verdad de que hayas encontrado a ese compañero.

En cuanto a las meigas, sí, las hay; de lo de los príncipes azules... no estoy tan segura.

Arwen_mge dijo...

Efectivamente, a eso me refiero cuando digo que las mujeres no saben lo que quieren. Un príncipe azul es aquel que te da lo que necesitas, ni más ni menos. ¿Qué necesitas un caballero que venga a rescatarte? Perfecto. ¿Qué lo que necesitas es un compañero que te apoye en tus decisiones? Perfecto. Lo malo es cuando buscas independencia y lo que realmente quieres es a un protector con armadura y caballo blanco. No encontrarás a tu príncipe, pero eso no quiere decir que no existan, sólo que buscas lo que no es.

Hay que saber lo que se quiere, en primer lugar, y luego buscar a esa persona. Yo he encontrado a quien me complementa de modo total y absoluto, que me apoya, en quien confío, la persona que más me conoce... ¿Necesito que me rescaten? A veces, y él sabe cuándo son esas veces, y también sabe cuándo debo y quiero volar sola.

Es mi príncipe azul, pero eso no significa que yo sea una princesa al uso... Digamos que es mi Aragorn :P

Lhiannan dijo...

Repito que manejamos conceptos distintos. Para que el príncipe azul te rescate, debes ser una princesa desvalida. Creo que si no sabes manejar tu vida, no estás "apta" para compartirla con otros.

Insisto en que no creo en príncipes azules. Desde luego, si encontrara uno en mi camino correría en sentido contrario.

Tal vez la cuestión sea que en el momento que te tocó vivir, el concepto de "príncipe azul" estaba desfasado y se adaptó a lo que yo llamo un "compañero".

Cuando hablo de acudir al rescate no me refiero a que te apoye en un mal momento sino a que él se haga cargo de la situación, que se supone que es lo que debe hacer puesto que nosotras no estamos capacitadas para hacer nada que no sea fregar los platos.

Ese último párrafo describe la idea de "príncipe azul". Y puede que eso sea lo que hayamos descartado estas "modernas".

Por cierto, que el que te rescate el príncipe no implica que seas una princesa puesto que eso os daría cierta igualdad, al menos de rango. Se supone que tú eres una pobre mujer a la que un hombre que está por encima en todos los sentidos (más alto porque llega a caballo, tiene posición social, conocimientos, dinero...) te hace el inmenso favor de recogerte del lodo.

Lo que tú llamas príncipe azul o Aragorn (de ese último sí que quiero uno :-S), es lo que yo he llamado "compañero". Tú misma lo dices, os complementáis; igual que él te da a ti, tú le das a él; a veces, supongo, que también tú lo rescatarás a él.

Ahora estoy totalmente convencida de lo que sospechaba, manejamos conceptos distintos y supongo que se debe a la diferencia de edad :-S.

Lhiannan Shee (Kalpurnya) dijo...

‎:-S

11 de agosto, 10:59

Arwen_mge dijo...

No te veo muy de acuerdo :P

11 de agosto, 11:00

Lhiannan Shee (Kalpurnya) dijo...

XDDD. He respondido en tu blog

11 de agosto, 11:00

Arwen_mge dijo...

Te acabo de contestar por allí :P

11 de agosto, 11:10