30 diciembre, 2008

Navidad

Odio la Navidad, pero aún odio más a todos aquellos que dicen que odian la Navidad, que la llaman Feliz Falsedad, que se quejan de la hipocresía de estos días, de los falsos que somos todos. Bueno, yo odio la Navidad, pero mataría por un poco de esa falsedad... La gente que tanto se queja de que hay hambre en África, que hay palestinos muriendo bajo la bota semita y americana, los que se quejan de que todo esto sea tan comercial y tan falso... ¿cuánto porcentaje de sus ganancias dedican a luchar por esos temas? ¿Cuántas vacaciones han pasado de voluntarios en el Congo o sencillamente cuántos han dado de comer a un mendigo estas Navidades? Soy capaz de apostar un brazo y no perderlo, ninguno.

Ahora está de moda decir que no te gustan las Navidades, que todo es falso, que el sentimiento de felicidad es forzado, que es un tiempo que potencian los centros comerciales para vender más... Será verdad, no digo que no, pero ¿con qué cara dices eso cuando duermes cada noche bien calentito y con la barriga llena? Yo no colaboro con ONG's porque me parecen un negocio más, no ejerzo voluntariado porque no me gusta y jamás daré una limosna. Pero al menos no me quejo de que la Navidad es una mierda y una falsedad porque hay negritos muriendo en el desierto (¡¡Son personas, joder!! Lo que mueren son personas, no negritos...).

Ahora bien, a mí no me gustan las Navidades. ¿Y por qué? Pensaréis, eso sí que es hipócrita. No, no lo es. A mí no es que no me gusten las Navidades por el hambre en África (también hay hambre en mi cumpleaños y no conozco a nadie que abriendo regalos se acuerde de eso, o tras una opípara comida de celebración, o una boda...). A mí no me gustan las Navidades porque no tengo un solo recuerdo feliz unido a ellas.

No voy a hacer la lista de mis fracasos anímicos por estas fechas, pero jamás he pasado una Navidad tranquila. Sólo pido eso, no pido felicidad, sólo pido dejar la mierda de lado, pero es imposible. Me hacen gracia todos aquellos que dicen que odian la Navidad pero luego quedan en Nochebuena con la familia, siendo un día más, pero puestos de puntita en blanco, siendo una noche más, una noche falsa, pero poniéndose cerdos a langostinos y tortilla de patatas. Perdonad que me ría de vosotros, pero es que sois unos hipócritas.

Tengo 28 años, he vivido 28 Navidades, y jamás he pasado una de ellas sin llorar. Jamás he terminado un año sin haber derramado lágrimas amargas, de desesperación y de odio. Y hoy no ha sido diferente. El 2008 no iba a ser el año en que esto cambiara. Mi familia, apesta, sencillamente. En estos momentos envidio a los huérfanos. Vale, ellos están solos, pero al menos no tienen una familia que les quita el aire, que les asfixia hasta que no pueden más, no tienen alguien que no para de poner la bota en la cabeza, por mi bien, eso sí.

No soporto la Navidad, provoca que en mi familia todos decidan tocarme los cojones. Hoy soy especialmente mala persona, pero desearía que todos estuvieran muertos. O al menos, que yo estuviera muerta. La buena noticia es que sólo quedan 6 días para que este infierno termine, y poder comenzar con el infierno cotidiano de siempre. Ese que es igual que el otro, pero que no tiene fechas señaladas.

Odio la Navidad. Y os odio a todos aquellos que os quejáis hipócritamente. Hijos de puta...

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