Hoy estaba leyendo un blog que trata sobre temas roleros, y en un post concreto me ha asaltado una epifanía. Joder, llevo más de 10 años jugando a esto... Eso es una pasada de tiempo.
Luego he recordado quién forma mi grupo habitual... y me he dado cuenta de que los 12 años que yo llevo jugando son una puta mierda cuando te juntas con gente que ha hecho sus primeras tiradas de dados en D&D 1ª edición y que entiende los chistes de Gaygax de los Simpsons... Pero coño, aún así, me siento orgullosa, que son un cojón de años :P.
Un día me preguntó un compañero de clase a qué juegos había jugado... termino antes haciendo la lista de aquellos a los que no juego. Casi todos somos masters en un momento u otro, y todos de juegos diferentes, por supuesto. Así que tenemos un amplio abanico donde elegir.
Pero yo tengo un secreto inconfesable. A pesar de que mi primera partida fue de Stormbringer, yo debo mi presencia en este mundo a ese gran juego que ha conseguido lo que ningún otro... la presencia de la mujer en las partidas de rol :P. Me refiero a Vampiro, por supuesto. Yo, como el 99% de las tías, entramos en esto porque Vampiro mola, porque es la imagen que tenemos de las novelas de Anne Rice, vampiros sensuales, poderosos y molones. Y así comienzas a picar. Pero afortunadamente, y no como el 90% restante de las féminas, cuando terminó (o se relajó) la fiebre Vampiro, yo me quedé, y seguí jugando. Y ahora... francamente, no me imagino un finde sin su partidita. Y no por la partida en sí, sino por todo el ritual. Quedar con los colegas, la birra fría, las bolsas de patatuelas, pedir la cena por teléfono...
Cuando yo comencé a jugar, quedábamos en casa de un amigo cuyos padres pasaban de todo. Era grande, podíamos jugar sin problemas de ruido, y sus padres no incordiaban. En aquellos momentos la verdad es que el tema cervecitas no aparecía todavía, que una a sus tiernos 18 añitos se portaba bien y todo. Ahí comencé con Stormbringer a dar espadazos a demonios y a abrir cerraduras para rastrear trampas. Adoraba ese juego, aunque luego se reveló como una gran mierda :P. Pero qué iba a saber yo entonces... Recuerdo como si fuera ayer la voz de la madre de mi amigo, cuando me acercaba a la puerta para marcharme. "¿Quién ha ganado? - Nadie, aquí no gana nadie. Ahh...". Y así semana tras semana, "¿quién ha ganado?". Hasta que fue más fácil ir diciendo nombres aleatoriamente :P.
Después este amigo me dejó el Pendragón, juego ambientado en la corte del rey Arturo. El sistema es lamentable, y el juego aburrido de pelotas, pero... ¡¡¡Estábamos en Camelot!!! Fue mi primera partida como master, y el primer desastre... pero de todo se aprende.
Y después... después llegó lo más grande. Vampiro: La Mascarada. Lo reconozco, el sistema cojea, la ambientación puede ser bizarra a veces, hay clanes que no deberían existir, los suplementos se han convertido en un infierno... Pero todo me da igual. Es y será siempre mi juego favorito. Me da igual que sea Mascarada, Edad Oscura o situar las partidas básicamente en la época que yo quiera. Me flipa, me encanta y es el juego con el que más disfruto. En él conseguí mis primeros éxitos como máster, partidas que aún se recuedan con cariño, momentazos históricos y epic fails que pasarán a la historia. Conozco cada regla, cada senda, cada personaje... y me encanta.
Alatriste, Arcana Mundi, Piratas, Warhammer, Leyenda de los 5 anillos, D&D son sólo algunos de los otros juegos a los que estamos jugando ahora, algunos de los que hemos probado. Sí, soy una newbie todavía si se me compara con algunos de mis compañeros de batallas. Pero... llevo ya 12 años disfrutando de este maravilloso entretenimiento. De los amigos, las birras y las pizzas a media noche. Y francamente, no me siento una psicópata.
Pero sí es cierto que aún hoy, tantos años después de que un desequilibrado cometiera unos crímenes usando el rol como excusa, todavía te miran raro cuando dices que juegas al rol. Y hasta he tenido que escuchar el "uys, con lo normal que pareces...". Soy normal, joder. Bueno, o todo lo normal que cualquier ser humano puede llegar a ser. No voy a convertir esto en una apología de los juegos de rol, sencillamente porque no lo necesitan. Es más un post recuerdo, un momento más de esta nostalgia que me posee en primavera. De esa añoranza de Claudia, la pícara ladrona. O de Selene, la Tremere arqueóloga. O Diego, mi mejor obra, ese Ventrue con camino de los reyes. O Tito, mi senador fiestero. Todos esos personajes que tanta diversión y buenos momentos me han dado. Y las enormes pifias que he hecho, que también las ha habido. Y lo que nos reímos ahora cada vez que las recordamos.
Buenos momentos con la mejor compañía, en definitiva. De eso se trata el rol, para quien no lo sepa. De disfrutar con los amigos.
3 comentarios:
Tito must die.
FDO: Un pobre master resignado.
Reniego de la normalidad, no creo que sea algo para alardear. No juego a rol pero ojalá hubiese conocido ese mundo en su momento. No, no eres normal; conozco a un montón de gente normal y no tienen nada de interesante. Sea por el rol, por tu afición al cine o por cualquier otra cosa, no eres normal. Enhorabuena.
Como mates a Tito, te censuro las cenas del Legítimo, que lo sepas >_<. Tito forever!!!! :D
Leannan (cada día me resulta más difícil seguirte la pista con tanto alter ego, corasón :P), nunca es tarde para empezar a jugar, ¿eh? Al contrario. Y respecto a la normalidad, sin intención de filosofar, creo que nunca lo he sido en demasía, pero como ahora está de moda ir de "raro" yo me rebelo y voy de "normal" :P. Para fastidiar, ya me conoces ;).
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