17 diciembre, 2006

Navidad


Este año la Navidad me ha pillado por sorpresa. Y no será porque no haya visto las lucecitas que iluminan la ciudad, ya que trabajo en el centro... Pero no se, entre las clases y el curro, pues como que no me he dado cuenta. Normalmente a estas alturas ando ya medio depre, asqueada y odiando a todos aquellos que opinan que la Navidad es bonita y que en estas fechas a todos nos tienen que unir los buenos sentimientos. A ver, gente hipócrita, ¿por qué ahora y dentro de un mes no? ¿Acaso queréis decir que todos os habéis vuelto cristianos extremistas de repente y que de veras queréis celebrar el nacimiento de vuestro Dios? Porque no me lo creo... Y eso sí, buena voluntad, buenos deseos, pero coño, si sólo queda un asiento en el metro voy a correr a cogerlo pese a quien pese. Que Dios dijo hermanos pero no primos...

No se puede decir que odie la Navidad, porque como tal, no tiene culpa de nada. Sólo que en esta época del año descubro que la estupidez y anormalidad que envuelve a la raza humana es aún mayor, ya que se junta con la hipocresía más recalcitrante. Se supone, si debemos hacer caso a lo que dicta nuestro alcalde en cuestión de lucecitas, que desde hace unas 4 semanas estamos en época navideña. Todas las mañanas coincido en el metro con dos adolescentes ciegos y su madre. Y lo tengo comprobado, sólo uno de cada cuatro días alguien se levanta a cederles el asiento. Exactamente igual que el resto del año.

Al próximo que me diga que éste es un tiempo de paz, le voy a mandar a Irak de una patada en los huevos. Para que vea lo que es el "tiempo de paz"...

Por cierto, la imagen es la Natividad de Francesco di Giorgio Martini.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La Navidad no tiene desperdicio. Una época de paz y de buena voluntad para los hombres. Todos sentimos más compasión por nuestros semejantes y somos más comprensivos que nunca.

Por todo ello, nos resulta la mar de agradable ir de compras y ver como la gente te empuja para pillar el regalo antes, o te pasa por delante sin ningún tipo de respeto ni disculpa. Apenas se producen robos, los que se vean corriendo por la calle, deben hacerlo para entrar en calor. Estamos encantados de celebrar la noche buena en familia, a pesar de estar deseando que la cena acabe de una puñetera vez y poder salir de esa reunión familiar tan hipócrita, donde todos nos ponemos una careta, como si fuera carnaval, de niño bueno para cantar el villancico de turno (como adoro el Higway to hell de AC/DC.

Y que me decís de la comida de Navidad de la empresa?

Para empezar, nos llevan al circuito islas canarias, situado en medio de un barranco, donde más te vale que lleves abrigo o el que se tira a la barbacoa eres tú. Luego la música, casi lo mejor, el típico hombre orquesta, sintetizador en mano, que se hincha a cantarnos una de salsa y otra tambiém (si la salsa sólo debería usarse en la comida...) y, cuando tiene la maravillosa idea de cambiar el estilo.... Fórmula V!!!! (lo que siempre he deseado escuchar a todas horas...¬¬).

Luego el discursito del jefe, en este momento, más te vale andar borracho perdido o directamente te colocas el magnum 42 en la sien y disparas sin contemplaciones. Puede parecer exagerado, pero es que al lado de mi jefe Jesús Hermida aún aprende a balbucear.

Si consigues superar todo esto, sólo te falta ver como el compi "enchuzao" que no te saluda ni cuando se equivoca, viene para arreglar contigo diferencias de cuando Franco aún iba a la primaria.

Lo normal, es que me pire después de comer, aunque tenga que explicar mil veces al resto de compañeros lo que significa "me voy porque me da la gana", una frase tremendamente complicada de entender en la sociedad actual y que sólo unos pocos privilegiados tienen el coeficiente intelectual necesario para pillarla a la primera.

Porque vamos, les largas que te vas porque haz quedado con Lobezno y capaces son de no poner trabas, pero como digas que no tienes ganas o te vas porque te da la gana, las has "cagao". Acabas explicando hasta la etimología de cada palabra.

En fin, que mejor acabo ya y si otro día me apetece os sigo contanto más cosas sobre la maravillosa opinión que tengo de esta gran etapa del año.

Anónimo dijo...

Jejejejeje, yo nunca he ido a una comida/cena de Navidad. Antes porque como no tenía curro fijo, nunca trabajaba en Navidad. Y ahora porque mi empresa no hace esas cosas (y gracias a Dios). Así que esa emocionante parte de la Navidad me la he perdido, ¡qué lástima!

Pero vamos, que en cambio tenemos la maravillosa iluminación que Gallardón nos ha puesto este año. Te aseguro que compensa... No veas qué diseño, que arte neo-post-anti "algo" (aún no sé cómo calificarlo), qué colorines, qué lucecitas, qué imaginación... Vamos, para matarlo.

Ely Vinerberg dijo...

El anterior mensaje era mío, no se por qué salió como anónimo U_U.