04 marzo, 2009

El tío del metro

Un día me encontré en el metro con un tipo que me llamó muchísimo la atención. Era alto, macizote (en el sentido de Rusell Crow, un tipo grande no porque esté bueno), y vestía en un estilo que yo califiqué de "Jim Morrison". Desde entonces, ese tío es para mí el Jim Morrison del metro. Y es curioso, porque desde esa primera vez que le vi en el metro, me lo he encontrado un millón de veces.

Pero lo curioso no es encontrármelo, al fin y al cabo, cuando vas siempre a la misma hora en el metro, te acaban sonando muchas caras. Lo curioso es encontrármelo en cualquier estación a cualquier hora. Nos cruzamos continuamente, al menos un par de veces cada dos meses. Y por lo visto, yo también le sueno a él, porque se queda mirándome, como reconociéndome.

El tío es la leche, todo sea dicho. Lo de llamarle Jim Morrison no es porque se parezca (aunque se da un aire), es que lleva el mismo estilo de ropa y peinado, sólo que en rubio. Viste pantalones de cuero, camisas blancas anchotas, y abrigos de cuero. ¡¡Me encanta!! También suele llevar gafas ultra fashion de sol, cosa que no habla muy bien de su salud mental, pero bueno, prefiero pensar que es fotofóbico :P.

La primera vez que le ví, y me recordó tanto a mi adorado Morrison, pensé que ojalá me lo volviera a cruzar, que era un tipo peculiar y me gustaría volver a verlo. Curiosamente desde ese momento, le veo :). A veces, los deseos más tontos se hacen realidad :P.

Hoy me lo he vuelto a cruzar, y nos hemos vuelto a mirar sabiendo que nos conocemos, que nos encontramos cada cierto tiempo, y que es una de las pocas cosas que merecen la pena del metro de Madrid.

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