18 julio, 2008

Mi primer tribunal universitario, de Playskool

Pues sí, el miércoles pasé, al fin, el último trámite para tratar de aprobar la asignatura que me han suspendido injustamente. No sirvió de nada...

Puede haber quién piense que soy una jodida tocacojones que monta un pollo por un suspenso, pero nada más lejos de la realidad (o sí, es cierto, pero con un motivo). Yo he suspendido, mucho, mientras hacía Derecho. He llegado a estar en quinta convocatoria de una asignatura, con los güevos por corbata, y creo que he ido en mi vida a una revisión de examen. Nunca me he quejado, si me han suspendido me jodo, me aguanto, y para la próxima empollo más.

Pero cuando se me suspende porque sí, porque no he ido a clase, porque a la profesora no le gusta mi cara, entonces me quejo. Y mucho, y utilizo todas las armas a mi alcance. Estos días me han dicho de todo, desde llamarme valiente (no lo entiendo, sólo estoy ejerciendo mis derechos), hasta loca por enfrentarme a una de las vacas sagradas de la facultad. Pero, ¿qué es lo peor que podría pasarme? ¿Qué esa profesora no me apruebe nunca más? ¿Qué me la tenga jurada? Me la pela, francamente. Tengo la firme intención de no volver a cruzármela en mi vida... ni siquiera voy a presentarme en septiembre, aunque con el tipo de examen que me dijo que haría está aprobado seguro (hacer una práctica, y estudiarse dos temas en verano, de los cuales ella elije uno y lo desarrollas en el examen).

No soy valiente ni loca, sencillamente pretendo ser siempre consecuente, aunque muchas veces no lo consiga. No puedo defender el ser justo, el luchar por lo que consideras necesario si luego agacho las orejas ante el más mínimo abuso de poder. Y puedo decir que, aunque sigo suspensa, yo he sido quién ha ganado esta batalla. Yo lo he intentado todo, por mí no ha quedado. Pero la cara de Ana Ávila cuando salió del tribunal, ese rencor en la mirada, esa humillación dentro de sus pantalones de cuero no se paga con dinero. Sí señora, yo estoy suspensa, me ha jodido. No me he diplomado, no voy a poder hacer la matrícula en junio pero, ¿qué se siente cuando es usted la que está siendo examinada por sus compañeros? ¿La que siente que todo su trabajo está siendo fiscalizado, mirado con lupa? Ha ganado sólo porque no pude demostrar sus palabras ("Es patético que os conozca en la revisión del examen", "si hubieras venido a clase estarías aprobada" esas son las dulces perlas que salen por la boca de burro de esta "Doctora" en arte pero suspensa en educación). Pero ha perdido porque ha salido humillada de esa sala del tribunal. Es lo que tiene ser tan jodidamente altiva sin motivo, que es fácil hacerla agachar las orejas...

El asunto no consiste en que yo he pasado por un tribunal, sino que la Profesora Doctora doña Ana Ávila se ha tenido que enfrentar por primera vez con su despotismo, con su falta de educación y con sus propias decisiones. Y ha perdido. Qué se joda, por hija de puta.

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