21 marzo, 2010

Roma IV (Y última... por ahora :P)

El cuarto día amaneció como siempre, temprano, muy muy temprano :P. Y seguimos la rutina de siempre, sólo que esta vez, nos llevábamos las maletas con nosotros. Antes de salir del hotel nos aseguramos que el aeropuerto de Ciampino estuviera abierto. Ahí fue cuando nos dijeron que hacía 25 años que no nevaba en Roma... y justo la nieve vino para saludarnos :P. Después, llegamos a Términi y dejamos las maletas en consigna. Cogimos la línea B de metro y al Colisseo que nos fuimos. Ya era hora de que él y yo nos viéramos las caras :P.

Llegamos pronto y apenas había cola, así que nada, nos cruzamos con la mitad de los colegios españoles que estaban de fin de curso, pero conseguimos entrar. En la taquilla vivimos el momento más surrealista del viaje. Tres chavales haciendo su primer viaje solos, dos mayores de edad y uno aún menor. Éste que se acerca a la taquillera y en perfecto castellano le suelta: "Oye, ¿es verdad que si soy menor entro gratis?". La chica que lo flipa, le medio entiende y le pregunta que de dónde es, y el chaval que le suelta: "Pues coño, ¡de Madrid!" Jaajajajaja, claro, ¿de dónde va a ser? ¡De aquí, de Madrid! Brutal, jajajajajaja. Nos empezamos a descojonar, y el chico casi muere de la vergüenza. Le dijimos como pudimos que le enseñara el DNI para que comprobara que era menor y le dejara entrar gratis... y pasamos para dentro medio muertos.

Pero bueno, lo importante. Al fin lo conseguimos. Después de pelear durante los tres días anteriores, lo logramos y entramos en ese monumento que lleva 1000 años en pie (más menos), que ha visto la gloria y la caída de un Imperio, que simboliza lo mejor y lo peor de su cultura... Y bueno, por fuera impresiona, muchísimo. Por dentro... no tanto. Está destartalado y no dejan bajar a la "arena", así que se tiene una sensación rara. Es mucho más imponente por fuera. Pero claro, entrar, pisar los mismos adoquines que pisaron los romanos clásicos, es un puntazo.

Después entramos a los Foros Imperiales. Mi principal objetivo aquí era la Basílica de Costantino o de Majencio, y jooooooder con la Basílica. Si tenemos en cuenta que no queda en pie ni siquiera un tercio de la misma, es imposible imaginarse el tamaño real. Es descomunal, los arranques de la bóveda te hacen sentir muy muy pequeñito... Y claro, no hay que olvidar que falta la nave central, de mayor altura... Dios, tenía que ser alucinante entrar allí y someterte a juicio. Tenías que sentirte un bichito insignificante, no como la mierda de juzgados que tenemos ahora...

Sí, esa cosita pequeña soy yo... ¿a qué mola? :D

Otro de los momentos cumbres de la visita a los foros fue ver el templo del Divino Julio, el templo que le construyeron tras su asesinato en el Senado. No es que quede mucho, pero al menos, queda el ara o altar, y lo sorprendente es que, cuando entras, la gente aún deja flores :)

Justo al darnos la vuelta desde el templo del Divino Julio me encontré con algo que me hizo una ilusión bárbara... ¡¡la cloaca máxima!! Cuantísima historia tiene esa cloaca, por dios, cuántas cosas han visto sus piedras... cuánta mierda, en el sentido más y menos literal del término :P. Pues allí estaba ella, la cloaca principal de Roma, impecable después del paso del tiempo ^_^

Los foros imperiales son una pasada, aunque la verdad, se echa un poco de menos que haya un poco más de información, porque vas un poco a ciegas y hay zonas donde sólo ves piedras. Aún así, para muestra un botón de lo grandísimo que es, y la pasada de experiencia que supone ver el foro.

Sí, la foto está torcida, es lo que tiene. Mi legítimo es un "artista" y las hace todas así, jejejejejeje, increíble :P. Lo que se ve a mi espalda es el templo de Antonino y Faustina, reconvertido en iglesia posteriormente.

Después de los foros, que no voy a aburrir poniendo muchas fotos aunque yo tengo algunas que me flipan, pasamos a la parte del Palatino y la Villa Barberini. Allí vimos el Ninfeo de la Lluvia, "culpable" cuando se descubrió de la pasión de los artistas del S. XVI por los ninfeos, lo que les llevó a crear maravillas como la Villa Giulia que vimos el día anterior. Es precioso, oscuro y mágico, tiene algo ancestral, algo que habla directamente al subconsciente.

Tras esto vimos la Domus Augustiana y el Estadio del Palatino, o lo que queda de él, claro.

Después, fuimos a ver el Circo Massimo. Vale, ya nos lo habían advertido, pero es duro ver que se ha convertido en un perfecto pipi can de la ciudad. Allí va la gente a sacar a sus perros, y no sé, da cierta sensación desangelada, es como un frío dentro, pero bueno. Comimos al sol para calentar esa sensación, y disfrutar de la tranquilidad.

Después de la Roma clásica, teníamos pensado ir a ver la Bocca della Veritá, en la iglesia de Santa Maria in Cosmedin. Pero tienes que esperar una cola enorme, y encima pagar por hacerte la foto más chorra de la historia. Así que seguimos el consejo de un colega, acércate a la valla, pasa la cámara por los barrotes y... voilá!

Eso sí, luego la plaza donde está es preciosa, con los templos de Ercole y Portuno.

Después, cruzamos el Tiber para pasar al Trastevere, el barrio más español de Roma. Ahí teníamos tres objetivos, y lo peor de todo fue que sólo cumplimos uno, así que el final del viaje se nos quedó con un cierto regusto agridulce. Empezamos por la iglesia de Santa Cecilia, donde se encuentra la escultura de la santa realizada por Maderno.

La estatua es una de las que más impresionan. Está representada la santa en la postura en que la encontraron en las catacumbas, incorrupta. Por lo visto, el lugar donde la encontraron está justo debajo del altar y por eso se levantó allí la iglesia. Es espectacular cómo una imagen sin rostro puede tener tanta fuerza tan sólo con la postura, con el gesto de las manos y los pies.

Al salir de Santa Ceclia, íbamos a San Francisco a Ripa, a ver la maravillosa obra de Bernini (para mí la mejor) de la Beata Ludovico Albertoni. Peeeeeeero, esa iglesia tiene un horario de visita ultra reducido, y como era el último día, no nos podíamos esperar a que abrieran por la tarde :( Era lo que más quería ver y nada, nos fue imposible... Ahí decidí que teníamos que volver a Roma como fuera :P

Y después, directos a San Pietro in Montorio... y vaya si estaba "in Montorio"... puñetera escalada, qué horror... llegué arriba a punto de morir, con los gemelos gritándome que me parara un rato, y al llegar arriba, ¿qué fue lo que vimos? Que la puta embajada española, como buenos españoles, cerraban los lunes, no se vayan a matar a currar ¬¬.

Así que nada, fotito a través de la valla, tristeza y abatimiento, cansancio y poco más.

Una vez pasado el disgusto inicial, hicimos fotos de la vista de Roma desde allá arriba, nos regalamos un descanso tranquilo, bebiendo nuestra última Fanta de Naranja Sanguina, y comiendo los últimos sandwiches. Vale, el templete tendrá que esperar a ser visto por dentro, pero esto no quedará así ¬¬.

Después, regreso a Termini en autobús (el primero que cogíamos), rescatar nuestras maletas de la consigna, y coger el autobús que nos llevaría a Ciampino. Al llegar al aeropuerto, había una cola para subir al avión de impresión. Es lo malo de las Low Cost... Pero bueno, cuando nos tocó el turno de subir, aún estaban libres los dos asientos de la primera fila al lado de la puerta, así que allí nos quedamos, para poder estirar las piernecitas sin problemas.

El vuelo fue tranquilo, con los dos azafatos delante hablando de sus cosas. Nos enteramos de que hacían apuestas sobre la hora de llegada y de los turnos que se habían hecho (uno llevaba dos días sin dormir, eso sí, decía haber ganado una pasta). El otro, algo así como Alfredo Landa en sus años mozos pero en versión italiana y a punto de estallar el uniforme de lo prieto que iba, estaba hablando de la party que se iba a montar cuando llegaran a Madrid... Tremendo, estuvimos un rato hablando con ellos y luego, llegada a Barajas. Nos recogieron, nos llevaron a casa, y a dormir, que al día siguiente había que currelar.

En resumen, el viaje espectacular. Roma es una ciudad maravillosa. Yo siempre había pensado que París era la ciudad más bonita del mundo... hasta que pisé Roma. La gente, el modo de comportarse, el modo de vivir es tan parecido a España que te sientes como en casa... Me he enamorado, sin duda. Y no tardaré en volver ;).

3 comentarios:

Julia D. Velázquez dijo...

Que guay... como enanos os lo pasaríais...me alegro mucho que disfrutéis...pero... donde está tu impresionante melena pelirroja!!!! de morena estás muy guapa también eeeeeee....

Dan Alonso dijo...

¬¬ ¡¡Odio Roma!! xD

22 de marzo de 2010, 1:38

Arwen_mge dijo...

Pero porque eres un fashionista de lo peor :P

22 de marzo de 2010, 8:23